Inspirate y liberate de cancer, fibromialgia, depresión, fatiga, etc. Rompe con el dolor emocional para controlar el dolor físico crónico.
Yo no acepto estas condiciones en mi cuerpo nunca más y quiero compartirte como.
Te guiaré en el camino de descubrir y confiar en tu poder interno.

Saturday, October 19, 2019

El mundial de triathlon en Kona Hawaii 2019.


Me tomó unos días digerir mis sentimientos después de haber completado el sueño de mi vida.
El Ironman World Championship en Kona, Hawaii.
Alcanzar el tope en el mundo del triathlon sin ser la mejor en mi categoría, fue un camino largo y duro.
Sin embargo lo logré gracias al programa Legacy que creó Ironman para darle una oportunidad en la vida a aquellos que como yo, no nacimos con las mejores habilidades pero que amamos el deporte.
Este programa le permite a un pequeño grupo de personas experimentar el privilegio de participar (por solo una vez) junto a los mejores triatletas de todo el mundo.
Nosotros tuvimos que ganar ese puesto, a través de los años, completando 12 o más Ironman de 226 Kms o 140.6 millas. Además de tener una historia de motivación que contar.
Cada participante tiene una gran historia que compartir.

EL CAMINO:
Hace 10 años vino a mi la idea pero no sabía nadar, ni montar bicicleta en lo absoluto.
A mis 34 años de edad tuve el sueño de sanar los síntomas de la fibromyalgia y ayudar a otros con sus metas físicas o emocionales.
Hoy les estoy compartiendo como nació mi Programa de Bienestar Ironsoul.
Me tomó dos años en adaptar mi cuerpo a entrenar para larga distancia, controlando mi mente para lidiar con el dolor; luego me tomó 3 años para vencer mi miedo en el agua, aprender a nadar y montar bicicleta de ruta en el tráfico. Durante esos años logré completar 8  Ironman de70.3 millas es decir la mitad del full, hice más de 10 maratones y un total de 150 carreras de diferentes distancias y categorías deportivas de menor distancia tales como duatlón.
Luego tardé 5 años más en completar los 13 Full Ironman para aplicar a Legacy.
No solo fue competir, fue entrenar arduamente, trabajar y ahorrar dinero para costear las carreras y los viajes.

LOS OBSTÁCULOS
Mientras entrenaba estos años, tuve que vivir con los dolores usuales de la Fibromialgia, además de soportar los dolores cervicales que me produce un quiste que no se puede operar en la columna, el cual me hace dormir las manos obligándome a parar y estirar periódicamente.
Sigo haciendo fisioterapia la cual funciona con constancia, a pesar de ello varios doctores me han recomendado dejar la bicicleta y no hacer deportes de larga distancia.
Para aquellos que no saben cómo es vivir con fibromialgia les cuento que el miedo, la ansiedad y los días de emociones tristes son gran parte de esta condición.
Cada día es una batalla contra los síntomas. No me avergüenza compartirlo pues me levanto en la mañanas sintiéndome como una anciana de 90 años y me acuesto siendo una feliz Ironman.
Yo entreno la mente, el cuerpo y el alma con mis estudiantes en mi trabajo y me siento mejor tan pronto como empiezo mi primera clase.
Todos los días venzo la fibro como una campeona.
Estos años mi sueño se veía lejos, realmente  imposible, era como un sendero sin fin. Sufrí, aprendí y disfrute cada paso.

Ironman World Championship 2019.

RACE DAY:
THE SWIM
El pasado sábado 12 de octubre finalmente a mis 44 años de edad, estaba allí caminado hacia la línea de salida de la competencia mundial más grande en el mundo del triatlón. Ironman Hawaii 140.6 miles.
Esperaba ansiosamente junto con los participantes de Legacy pues sabíamos que éramos el último grupo en salir, lo cual significaría que seríamos los últimos en terminar y estaríamos solos lidiando con las duras condiciones geográficas y climáticas del camino. Una idea que no me complacía mucho.
Esa idea me producía nervios pues no me gusta nadar sola en aguas abiertas ni llegar de última.
El agua Del Mar en Kona es tan clara que podía ver los hermosos peces de colores vibrantes, eso me ayudó a distraer la mente del mareo y los nervios.
Me dio un calambre en la pierna derecha  por la mitad del curso. En ese momento le pedí a Dios que me diera valor y tranquilidad para continuar nadando. Fue una prueba fuerte para mi determinación y mi voluntad.
Las fuertes corrientes continuaban empujándome fuera del curso. Cuando llegué a los dos barcos ubicados en la mitad del camino me llené de esperanza sentí a Dios a mi lado y el amor de las personas que me apoyan, así seguí avanzando  sin parar visualizando la gran botella de gatorade que ubicaron en la salida del agua.
Siiii! Después de nadar 2.4 millas o 3.8 Kms, en 1 hora y 45 minutos logré salir del agua sonreí pues había superado mi tiempo.

LA BICICLETA
El día en que los atletas tuvimos que entregar la bicicleta para dejarla lista, yo cambié los cleaps the los zapatos de bici y accidentalmente puse las medias en la otra bolsa de elementos para correr.
Dije en mi ente, Dios hacer 112 millas en bici  sin medias? Nooo eso Significaría correr la maratón con ampollas en los pies.
En ese momento Dios me envía su amor una vez más a través de la voluntaria que me estaba ayudado. Ella se saca los zapatos y automáticamente me regala sus medias. Ni siquiera se su nombre pero le agradezco demasiado. Las medias eran perfectas  me protegieron los pies.
Las primeras 30 millas fueron con el viento a nuestro favor. La temperatura era de 97 grados hacia calor, pero cuando llegamos a el ascenso de 6 millas rumbo a Hawi, fue lo más difícil que he experimentado en la bici. Ráfagas de 30 mph de viento cruzado que venían de derecha a izquierda y al contrario; me pusieron a prueba, estuve a punto de caer más de 5 veces, tuve miedo.
Una vez más le rogué a Dios que me diera fuerza para seguir pedaleando.
Pensaba que mi novio Ángel con quien habíamos entrenado en varios lugares difíciles estaría muy orgulloso de mi montando en ese viento. Sabía que el estaba en la meta esperándome.
Finalmente llegué al retorno. Tomé un Advil, ahora ya era solo sobrevivir del viento y el dolor de cuello cuesta pedaleando cuesta abajo.
Hacia la milla 80 el viento se pone en contra ya solo era sostenerme en la posición aero y terminar. Se hacía eterno para la milla 80 pues el viento estaba en contra.
Terminé el camino de 112 millas en 7 horas y 23 minutos. Vuelvo a si sonreír sabiendo que solo faltaba mi deporte favorito.

LA CORRIDA
Ya estaba débil, cansada, vulnerable, el estómago ya estaba lleno de ácido por la cantidad de proteína líquida y el gatorade.
Me decía a mi misma: “Si paras no terminas”.
La temperatura bajó y eso me ayudó más.
Sentía las piernas pesadas pero, poco a poco fui calentando el cuerpo hasta correr cómoda 50 min después.  Sabia que el retorno de la corrida era en el lab saliendo por una carretera oscura llena de subidas.
Aprecie le reflexión del sol en el mar, abrí los brazos y sentí la energía de la luz mientras corría.
Más tarde vi los colores del atardecer naranja, azul, negro, blanco, no puedo explicar qué escénicos y espectaculares son los atardeceres en Hawaii.
La luna estaba llena, iluminando el camino y la oscuridad de la mente.
Agradecí cada una de las personas que han estado en mi camino, agradecí hasta aquellos que me han lastimado, los perdoné a todos y me perdoné a mi misma por dudar de mi y del universo.
Agradecí a todos, a mi hija, a mi familia, a mi novio, a mis alumnos, a mis amigas y amigos, también a mis amigos de IG y Face Book, a los seguidores de mis historias, a los voluntarios en la carrera.
Así el tiempo fue pasando hasta llegar a la milla 23 donde mi rodilla izquierda empieza a doler, necesitaba azúcar, pero estaba a punto de vomitar por ello termine recibiendo Coca-Cola con hielos 🤦🏻‍♀️lol. Estaba necesitada.
Ángel corría cerca de mi chequeando que estuviera bien, yo seguía pasando gente que ya estaba caminando.
A lo lejos escuché la voz del presentador de la carrera, faltaban dos millas para llegar a la meta, su voz se hacía cada vez más cerca. Entonces de repente veo las luces y la alfombra roja, la gente aplaudir. Dios mío 😱. Que rápido pasaron 10 años y solo me tomó dos minutos pasar la meta. Desee congelar ese momento y quedarme en ese sentimiento por siempre. Mi alma de hierro se derritió, mi corazón palpitaba más fuerte, lloré y reí al mismo tiempo. Había corrido las 26 millas en 5 horas y 27 minutos.
Otra vez me nombraron Ironman for catorceava vez pero esta vez me estaba convirtiendo en una Ironman participante del World Championship y sobre todo en una mejor persona. En alguien que sigue creyendo en el poder de la fe, en los beneficios del deporte, en los milagros de la meditación. Una orgullosa madre, hija, hermana, tía, novia, amiga, profesora, que ahora tienen un poco más que ofrecer.

Esta carrera es mágica en realidad es para atletas profesionales o con grandes habilidades. Seguro más desafiante que ninguna otra carrera que yo haya hecho.
Las personas que conocí son increíbles, como Armando de Legacy y su bella esposa.
Cómo el grupo de participantes Colombianos, incluyendo las dos lindas chicas Ana Naranjo y Martica Torres. Quienes desafortunadamente tuvieron accidentes y no pudieron terminar. Pero de quienes estoy muy orgullosa y segura que regresarán el próximo año más fuertes.

“El sueño imposible se convirtió en realidad”.
“Todo es posible”.
Vence tus miedos con disciplina tu puedes lograr tus sueños y tus metas.
Este no fue el fin de mis metas solo la preparación de el resto de mi vida.












IRONMAN WORLD CHAMPIONSHIP 2019


English version.



I took a few days to digest my feelings after achieving my life dream. Ironman World Championship in Kona, Hawaii. 
Reaching the top of the triathlon world without being the best in my category was a hard and long journey, but I did it thanks the the Ironman Legacy Program which was created for those like me who love the sport but were not born with the best abilities. This program allows a small group of people to feel the privilege of participating (for just once in a life time) next to the top athletes of the entire world. 
We had to gain that spot through the years by completing 12 or more full Ironman races and submitting an application with your story.  Behind each of these participants there is a great story.

THE JOURNEY:
10 years ago the idea came to my mind but I didn’t know how to swim or ride a bicycle at all. When I was 34 years old, I had a dream, I was determined to heal my fibromyalgia symptoms and help others achieve their physical and emotional goals. 
So here I am telling you the story of how my Ironsoul Wellbeing Program was born. 
It took me 2 years to get my body used to endurance and control my mind to deal with pain; then it took me 3 years to lose my fears in open waters and learn how to swim and ride my bicycle in public roads. 
During those early years, I was able to complete 8 Half Ironman 70.3 races, more than 10 full marathons and about 150 races of less distance and other sport categories such as duathlon. Then it took me 5 years to complete 13 Full Ironman races and apply for the Legacy Program. It wasn’t just competing but training, working and saving money for each trip. 

THE OBSTACLES:
While I was training I was dealing with the usual aches of the fibromyalgia, plus a cyst in my cervical spine that gives me so much pain in the entire upper body that my hands get numb and I need to stop and stretch periodically. 
I still do a lot of physical teraphy which has proven to help me even though many doctors have told me to stop riding my bike and doing any endurance activity. For the people that doesn’t know about living with fibromyalgia; pain, fears, anxiety and days of sad emotions are a big part of this condition. Every day is a battle against all of this. I am not ashamed to share this because every morning I wake up felling like a 90 year old lady who doesn't want to get out of bed, and then go to bed at the end of the day being a happy Ironman. 
I train the mind, body and soul with my students at work, and I feel better as soon as teach my first class. 
Every day I beat Fibro like a champ.
These years, my goal seemed to be imposible, it was like a path that would never end.  I suffered but I learned and I did enjoy each step.

Ironman World Championship 2019

THE DAY OF THE  RACE: 
THE SWIM
Last Saturday October 12, 2019. Finally in my 44 years of age, there I was, walking towards the start line of the biggest race of the triathlon world Ironman Kona. Along with the group of Legacy Athletes, we were the last wave (last starting the race). 
We knew that we would be the last ones out there since the day we checked in, dealing with hard conditions during the day. That was though in my mind because being alone in the race course is not my favorite scenario. 
The sea water was totally clear the fishes were so bright and  colorful, that it helped me forget how dizzy and nervous I was. I got a cramp in my right leg half way of the swimming course which defenitely tested my determination. The strong currents that were pushing me out of the buoys made it harder. God was next to me and the love for the people that supported me. 
The two big boats located in the turn around gave me strength to keep going nonstop as I was reaching to the huge bottle of Gatorade that was waiting located at end of the swim course for visibility.  Patience...I just keep saying to my self. 
“Wow I did it” better than before so I smiled, after 2.4 miles I was out of the water in 1 hr 45 mins.

THE BIKE COURSE 
The day of the bike check in, I changed the cleats of the cycling shoes and accidentally put the cycling socks in the running bag. I thought "OMG running with blisters, please no!"
But God again sent his  love through a volunteer that was assisting me.  She took her shoes off and gave me her socks which were perfect. 
“Thank you wonderful woman whose name I wish I know to thank her again”.
The first 30 miles were really nice with tail wind and it looked like it was going to be a good ride until we got to the 52 mile hill going to Hawi for 6 miles long. The heat was 97 degrees out there, the  wind started bouncing us right and left. 30 mph wind gusts were the most scary thing I had experienced in the bycicle. At least 5 times I was about to fall. 
Once again I prayed to God to give me energy and mental strength to keep pedaling nonstop. I knew Angel my boyfriend would have been proud of me since we trained in places that were also challenging and I knew that he was at the finish line waiting for me.
Finally I reached the turn around, took an Advil to help with the upper body pain and then it all was about hanging in there while pedaling against the head and crossed winds and controlling my neck pain.
Around mile 80 the headwind was so strong that the miles left to complete the 112 miles cycling course felt like an eternity and I did it in 7 hr and 23 minutes.
Once off the bike, I did smile because I knew my favorite sport was next. 

THE RUN
I was sore, tired, feeling weak and vulnerable, my stomach was getting acid because of that much protein and Gatorade accumulated during the cycling, but my mind kept telling me: “If you stop now, you won’t finish”. 
The temperature dropped which helped a lot.
The legs felt heavy and little by little I was getting the body done with the hard transition from bike to running.
50 min later I was running way better knowing that the turnaround was out in that dark hilly road going to the lab near the Kona Airport outside the main city. 
I saw the sun reflected in the ocean, I opened my arms and felt the energy of the light. Later I saw the colors of the beautiful sunset blue, orange, black, white I just can’t describe how scenic the sunsets are in Hawaii.
The moon was full giving us hope, lighting the darkness of the mind and the road. 
I thanked each person that had been in my life even the people that once hurted me, I forgave them all and also forgave myself for being weak sometimes and for doubting the universe.
I thanked everybody, my family, my boyfriend, my students, my friends,my IG and FB friends and followers and the volunteers. 
The time went by and at mile 23, my left knee was in a lot of pain, and I also needed sugar. My stomach was about to throw up so I got coke with ice, 🤦🏻‍♀"LOL. 
I was in need. 
Angel was running close to me checking that I was fine and I keep passing people that were walking already. 
I was able to hear the announcer who was about two miles away from the finish line, his voice was getting closer. Then  suddenly I saw the lights and the red carpet "OMG 😱. 10 years passed so fast". It took me 2 minutes to cross the finish line. I wished I could freeze that moment and stay there forever. My Ironsoul got soft, my heart was pumping harder. I was crying and smiling, got so emotional. 
I ran 26.3 miles  in 5 hours 27 min, I was an Ironman again, I was 14 times Ironman, but this time I was becoming an Ironman World Championship finisher and a better person who still believes in the healing power of the faith, in the benefits of  the sport and the miracles of meditation. A very proud mother, a daughter, a sister, a girlfriend, a friend, a teacher that now has more to share. 

This race is magical, the level is for Pro athletes, sure more challenging than any other race I know. The people I met is  amazing, the other  two Colombian girls and the boys that were participating are talented and I am proud of them for their achievements. Unfortunately the beautiful Colombian girls Ana and Martica had complications and couldn’t make it. Sure they will come back stronger next year. 

“The imposible dream became possible”, don’t doubt yourself, go through your fears, with discipline you can make your goals happen. This is not the end of my goals it is just the preparation for the rest of my life.












Saturday, October 5, 2019

Cycling with neck pain.


                                          https://m.youtube.com/watch?v=l8SH3-HanV4

I am ready to face my fears without #ego or expectations, loving each minute and doing the best that my body allows me. No expectations besides being grateful to be in Kona after 10 years of working for this goal. I made it here and that’s all it matters.